Manteles
Encuentro sin casualidades.
Ella se emocionó al punto de no poder evitar que le sudaran las manos.
Tuvo incluso no menos de 20 episodios, de unos 5 segundos cada uno, en los que perdió la capacidad de hilar ideas coherentes.
Pobre Carmen.
Todo, en menos de 2 horas.
Entrecortó dos frases buscando con la mirada algún rostro que le lanzara un salvavidas desde otra mesa.
-Hace calor, ¿no crees?-.
Fue evidente el terror de mirarlo a los ojos.
Al final, recibió una palmada en el hombro pues su viejo amor ya tenía uno nuevo, sólo para el.
Cigarrilo.
10 cuadras arriba por esa misma calle estaba su casa.
Prendió la tele y se durmió.
Ella se emocionó al punto de no poder evitar que le sudaran las manos.
Tuvo incluso no menos de 20 episodios, de unos 5 segundos cada uno, en los que perdió la capacidad de hilar ideas coherentes.
Pobre Carmen.
Todo, en menos de 2 horas.
Entrecortó dos frases buscando con la mirada algún rostro que le lanzara un salvavidas desde otra mesa.
-Hace calor, ¿no crees?-.
Fue evidente el terror de mirarlo a los ojos.
Al final, recibió una palmada en el hombro pues su viejo amor ya tenía uno nuevo, sólo para el.
Cigarrilo.
10 cuadras arriba por esa misma calle estaba su casa.
Prendió la tele y se durmió.
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