Recuerdo
La lluvia viene y va como si supiera que voy a caminar. Tiene su encanto, pero que me colaboren los protestantes, o los católicos, o holandeses juntos, o los inmigrantes, o las putas, o la fuerza superior, o el lado oscuro, o los que revisan los cinturones en los aeropuertos, o las llamadas telefónicas, o los encargados de planear fiestas sorpresa en las oficinas, o los muertos, o los muertos de risa, o las monedas de un euro, o las de veinte pesos, o al final los solteros. Cada uno con lo que pueda en su justa medida.