martes, marzo 22, 2005

“Venga esa mano país”

Cuando todo ocurrió yo era apenas un niño y no entendía nada de lo que pasaba en este país. Hoy, tras mi paso por la universidad, entiendo un poco menos. Lo que tengo claro es que hoy hace 15 años le taparon la boca al mejor estilo colombiano, a balazos, a alguien que pensaba diferente y constituía una amenaza para quienes montaban en la grupa de este corcel venido a menos llamado Colombia.

Su grito de guerra –ideológica, obviamente- era “venga esa mano país”. Tal parece que el país antes que la mano le dio la espalda.

A Bernardo Jaramillo, a quien no seguí por encontrarme ocupado entendiendo la trama de Meteoro y el Chavo del 8, quisiera haberlo conocido. Desearía que aún existiera la UP y desearía verla como la voz de alerta de estos tiempos en los que aún es difícil estar en desacuerdo. Lamentablemente este no fue el deseo de muchos jinetes del status quo.

Latinoamérica es un pedazo de mundo rebosante de ejemplos como el de Jaramillo, con algunas variaciones en el empaque, contextualizados en la crueldad de la represión patagónica (en sus dos versiones), en la ultraderecha a ritmo de forró, o en la transparencia democrática de ojos rasgados de nuestro vecino cercano.

Mientras tanto, nosotros felices con nuestro corazón grande y nuestra democracia de juguete.

Hoy hace 15 años murió Bernardo Jaramillo. Hoy hace 15 años perdimos otra oportunidad de tolerancia.

Sólo espero que por este paréntesis político no me toque a mi un poco de medicina a la colombiana.

lunes, marzo 21, 2005

Mis amores

Habrán notado ustedes que la música es un tema recurrente en este modesto blog. Estoy convencido de que mi vida sin ella sería la más estúpida de las paradojas.

Sin embargo, en mi reencuentro con abuenentendedor y sus 3 o 2 lectores frecuentes, no es ese el tema del que quiero escribir. La musa inspiradora tiene hoy las siguientes características: no es una, en realidad son 10; visten hermosos ropajes azules y blancos; cubren sus pies con los más delicados calzados; y se mueven flotando en el más armónico de los ballets.

El baile al que me refiero no es can-can, cumbia cienaguera o tango de arrabal, aunque bien podría decirles que es un poco de cada uno. De lo que les hablo aquí es de fútbol. Fútbol sencillo y femenino, fútbol al estilo Sésguela F.C.

Todo comenzó hace unos 6 años cuando las niñas de la universidad aceptaron el reto de ponerse los cortos para entrar en el maravilloso mundo del balompié, probándole a los incrédulos de lo que eran capaces. El temor inicial de los novios y los papás –y creo que de ellas mismas-, se transformó de a poco en muestras de alegría, talento y garra, con las que estas semidiosas me robaron el corazón.

Afortunadamente, el terreno ha resultado fértil para este equipo en lo que a triunfos se refiere. Puedo decir con orgullo que conozco desde sus orígenes al más ganador de los clubes de la Universidad Externado, por el han pasado las mejores jugadoras de todas, a las que yo llamo ‘mis amores’.

Es difícil para alguien como yo, en mi infinita ignorancia, explicar lo que se siente al verlas tirar una pared milimétrica, meter una plancha fantástica para ganar el balón o hacer su botecito característico luego de marcar el uno a cero, el tres a cero… el gol del campeonato. Sólo puedo reconocer que todo esto es para mi como un fármaco de alta pureza, con el mayor nivel de adicción, del que ya no quiero zafarme.

El fútbol, señoras y señores, no sería lo mismo sin la energía de mis amores de Sésguela, que cada tarde de domingo me mandan de vuelta a casa con el ego así de grande y el corazón lleno de alegría.

Quienes quieran comprobar que todo cuanto digo es cierto, incluidos los ultra-escépticos, no duden en contactarme. Los cigarrillos son cortesía de la casa.