martes, febrero 08, 2005

Beats de categoría

Pregunta mi curiosa curiosidad ¿No será que ‘aceptable’ es un calificativo algo injusto para el show que Fatboy Slim nos dio el fin de semana pasado?

Indagando entre los asistentes al evento del viernes anterior me topé con que para muchos no hubo nada destacado en el autódromo esa noche, diferente de la gran fila de carros que se tomó la central del norte y la amplia presencia de ‘prepagos’ que engalanó la fiesta.

He de admitir que no es frecuente ver una reunión de tamañas proporciones (ni de carros ni de prepagos) pero en definitiva no es ese el recuerdo más sobresaliente de la velada. Por el contrario, repaso frecuentemente los ritmos de las canciones, las transiciones entre cada una de ellas, la prevalencia intermitente de los agudos sobre los bajos, y en general el oleaje con el que Norman Cook nos movió por algo más de dos horas mientras jugaba caprichosamente al dios Eolo.

Allí radica la virtud de este chamán moderno quien beat tras beat supo animarnos más allá de la normalidad, a pesar de verse desprovisto por momentos de la colaboración del clima que le mandó un palo de agua harto despedidor. En mi opinión el toque de Fatboy Slim merece un aplauso, como también lo merece Gerard, quien una vez el invitado de honor soltó los controles asumió el mando para entregarnos un muy buen cierre que se extendió hasta las 7:00 a.m.

En realidad no comparto la opinión de quienes se quedan con un ‘aceptable’ y se muestran reacios a entregar una calificación superior para Cook. Obviamente se les respeta. Pero digo yo, no deberíamos agradecer que a este país vengan artistas de talla mundial y poder verlos sin pagar boletas de un millón de pesos? La verdad por la décima parte de ese precio logré divertirme más; y no tuve que ponerme smoking.