lunes, noviembre 27, 2006

Hacerse responsable

Cuando Carmen se arma de valor parece otra Carmen, que le gusta igual y sigue siendo la misma de antes.

Siempre que el asunto se le va complicando baja la mirada, fingiendo aceptación de cuanto oye, para luego responder con la determinación de Jasón y una mirada penetrante. Después de eso hay que guardar silencio y contenerse como él lo hace.

Si fuera a mi a quien Carmen le sentenciara un “You've already won me over in spite of me / and don't be alarmed if I fall head over feet / don't be surprised if I love you for all that you are / I couldn't help it / it's all your fault”, no tendría más remedio que aceptar la responsabilidad por lo causado.

Quién pudiera ser él, y recibir al oído semejantes revelaciones.

jueves, noviembre 16, 2006

Compromiso

Ahora que lo pienso, la obligación máxima ha de ser comprometerse irrestrictamente con los propios sentimientos, en una especie de praxis hedonista mediante la cual propiciamos un juego donde el objetivo sea reflejar el mayor nivel de satisfacción posible.

Claro. Nada más importante que abstenerse de arrumar decisiones azarosas en los anaqueles, negarse compañías y negarlas, esconder bajo la carpeta de tejido croché (amarillenta) las ganas de recordar el olor de alguien; uno solo sin que nadie lo pida.

Imperiosa es la necesidad de quedar exhaustos, tumbarse, mirarse fijamente, sonreír.

De manera que los sentimientos hay que desmenuzarlos, incluso sin acudir a técnica alguna, dejándose sorprender por sus efectos favorables en la salud del paciente, y sobre todo, sintiéndolos bien sentidos. Tal vez de eso se trate este rollo.

Y si duele… pues qué le hacemos. Si por eso fuera nadie picaría cebolla.