lunes, marzo 13, 2006

Así son las cosas...

Luego de que ayer salió la mayoría -¿mayoría?- a decir que sí, que es cierto, que como vamos vamos bien, y que afortunadamente ese señor que habla tan bonito va a poder terminar lo que prometió empezar hace un tiempo; luego de eso, yo voy a decir algo.

+ Los que votan no son muchos, entonces se guardan sus discursos sobre los ‘candidatos de las mayorías’.
+ En las listas abiertas una cantidad de gente votó sólo por el grupo político, no por el candidato. Parece que hay una especie de ‘disciplina de partido’ o a la gente le gustan las canciones pero no sabe quién las canta.
+ Visionarios: 71.867 votos para Senado y 45.831 para Cámara. Mal, muy mal.
+ Gaviria gana la consulta del Polo, lo que resulta una sorpresa agradable, aunque ese no fuera mi candidato.
+ Ooooooooooootra vez tendremos la oportunidad de ver al doctor Serpa menear su bigote en una primera vuelta presidencial. Nos perdimos el gusto de la arremetida Gaviria-Pardo frente al ‘Jefe’.
+ Seguiremos en lo mismo mientras el voto de opinión tenga menos cilindraje bajo la capota que las maquinarias tradicionales.
+ El pelao de Enilce se sacó 86 mil voticos. Sin discusión, Bolivar es un departamento de una madurez política rayana en la perfección.

Por todo eso, salvo el palo del jurista, yo ando silbando la cancioncita esa tan pegajosa de los Lebrón: Que pena me da, que pena me da…

miércoles, marzo 01, 2006

A la grama otra vez

De vuelta al maravilloso mundo del fútbol femenino. Luego de ganar el semestre pasado, en una final no apta para corazones disfuncionales, el equipo de mis amores comienza otro torneo este domingo y ya tengo el nivel de emoción en ‘medio-alto’.

Luego de ser hincha de televisor, jugador paquete y comentarista de tienda, me decidí a probar suerte como entrenador improvisado y experimentar la sensación de caminar de allá para acá sobre una raya, cigarrillo en mano, esperando ver realizadas las indicaciones dadas 10 minutos atrás. Sacando cuentas, eso fue hace unos 8 años cuando tenía pelo y no me preocupaban jefes, reuniones, cotizaciones para pensión o corbatas. En este momento veo que tanto la alopecia como yo hemos hecho nuestro trabajo; cada uno en su terreno.

Ya había comparado alguna vez el rol de técnico con alguna droga de alto calibre, cosa que insisto hoy luego de cuatro intentos fallidos de rehabilitación.

¡Salimos!
¡Dele la vuelta… eso¡
¡Van tres, van las tres¡
¡Presión desde arriba… ojo… hey, paraditas, paraditas¡
¡Arquero¡

Pura adicción.

El maltrato en la garganta a causa de estos menesteres ha sido paliado durante todo este tiempo por las endorfinas liberadas al momento de correr hacia a la anotadora del nuevo gol para abrazarla, cosa que ‘gracias a la vida que me ha dado tanto’ sucede con frecuencia.

Otra vez tengo ganas de caminar hacia la cancha viendo a lo lejos las camisetas blancas moverse, para darme cuenta cuando me acerco que son más de las que imaginaba, y que ya en el campo de juego no parecen ocho sino mil. Ágiles, fuertes.

Alguna vez pensé que no jugar fútbol me entristecía un montón, pero al parecer es peor no dirigir a mis amores. Bueno, digamos que la cosa va 50 / 50, para no ser injustos. Lo que queda claro es que ver un partido por televisión o en el estadio no me mueve tanto la aguja, así sean Gerard y Nedved los protagonistas.

Para terminar, debo decir también que haré las veces de marcador izquierdo en un campeonato basado en el mundial Alemania 06, y en otra contienda participaré como ciudadano responsable que cumple su deber-derecho de votar. Las dos me tienen a la expectativa.

Espero traer buenas nuevas, muchas, más en adelante.